No buscaba los últimos beneficios de una amistad.
Ni sabía que se acercaba el final…
Parece que ella sí.
El veneno es mordiente y la lengua bífida.
Y ella, ungida con ungüentos podridos
no ve más allá de lo que otros quieren que vea.
No hay más demonio que yo.
No hay más mal que el que yo siembro y otros recogen.
Por eso duelo.
Por eso hablarme es traición.
No soy el áspid que aguarda impaciente poner fin.
Pero eso pensó.
Y prescindió de mí.
No imploro el perdón de una santa laica.
Yo también se prescindir.
Y ambos cargaremos el mismo yugo eternamente.
Pero no nos pesará igual.
Yo ya he llegado a la catarsis,
pero ella jamás encontrará cilicio que expíe su culpa
porque su culpa no le pesa.
Aquí el aire está viciado.
Ya es hora de que ambos salgamos.
Entierra todo sabiendo que jamás resucitará,
que yo haré lo mismo.
No hay redención posible.
Así lo ha querido.
Me niego.. soluciones hay. Y segundas, terceras o cuartas oportunidades nunca estuvieron de más.
ResponderEliminarNo seré abogada de ningún diablo.. pero no veo mal poner las cartas sobre la mesa, mirarlo desde fuera, olvidar los cañones de pistola y los cuchillos que se nos vuelven. Una vez más. Todos pecamos..
De todos modos, lo sabes: si esto fuera una guerra con bandos yo estaría en tu trinchera. Siempre. Por muy diablo o sátiro que seas..
No es una guerra de trinchera, es una guerra fría.
ResponderEliminarY pasará lo que pasa en esas guerras, que no se cumple con todas las amenazas, pero si alguna se lleva a cabo las consecuencias serán aún más nefastas que las de una guerra con declaración de intenciones.
No te preocupes, no voy a declarar una caza de brujas.
me importan una mierda las cazas de brujas.. y lo sabes. además, todas tus consecuencias son buenas, así que confío en ti.. en todos los sentidos. tú sabes de sobra que no me posiciono, ni lo haré. jamás.. y menos sin trinchera.
ResponderEliminarpasamos página y cerramos el libro.
tengo un regalo para esta noche.. pero no una tontería de regalo, no una nimiedad. te llevo un regalo super-mega-qué-pasada-oh!-dios!-eme-cómo-molas-te-debo-la-vida-eterna-amén.