viernes, 28 de enero de 2011

La doble tilde.

Cuando era pequeñito sol¨¨ia ponerme enfermo muy a menudo. Si le preguntaba a mi mam´´a que porqu´´e me pasaba siempre a m´´i ella dec¨¨ia:

Porque eres muy valioso, y las cosas que m´´as valen a menudo son las m´´as fr´´agiles”

Estoy convencido de que esa frase ha marcado mi vida de alguna forma. Por ejemplo explica mi posterior aberraci´´on por la porcelana china, la cristaler´´ia fina (que no el cristal tallado, que me parece fascinante), las vajillas de la Cartuja, o las figuritas de cristal de Swarovski, objetos de lujo muy comunes en la familia que viv´´ian con cierto desahogo por aquella ´´epoca,

Recuerdo perfectamente la casa de mi t´´ia abuela, repleta de cosas de este tipo. A los niños nos estaba terminantemente prohibido acercarnos a todos sus tiestos porque se rompen con mucha facilidad. Ir all´´i era como ir a un anticuario donde romper algo resutaba extremadamente f´´acil y absolutamente caro.

Afortunadamente eso no suced´´ia en mi casa. Aunque a mi madre siempre le fascinaron aquellos objetos, se decant´´o por otro tipo de colecciones mucho m´´as asequibles. Entre sus joyitas destacaban los Jarrones chinos de cer´´amica, los huevos de Faberg´´e comprados por fasc´´iculos, las cajitas decoradas con piedras “preciosas”, o las miniaturas de las deidades egipcias en terracota mon´´ocroma negra.

A pesar de que toda esa chatarra in´´util no era nada especial, ella hac´´ia que lo fuese. Eran sus objetos de lujo, y los adoraba como Pee Wee adoraba su bicicleta, Doc al De Lorian o ET los caramelos Reese´´s Pieces.

Reconozco que, cuando era niño, me avergonzaba un poco de ella y de su af´´an por acumular cosas que no serv´´ian para nada, pero ahora lo veo de otra forma.

¡Mi madre fue posiblemente la m´´as Kitsch y molona de todas las madres y no supe aprovecharla!

Lo que tendr´´ia que haber hecho era invitar a mis amigos a casa para que lo flipasen viendo su habitaci´´on, repleta de Espejos con marcos decorados de hojarascas doradas al m´´as puro estlo rococ´´o, composiciones de recortables hechas por ella y enmarcadas en cristales de chapa, angelitos de escayola pintados a mano y, como no pod´´ia ser menos, envejecidos con bet´´un de Judea; montones de revistas de Hola que contaban con todas las exclusivas, entrevistas y reportajes de Lady Di, desde la boda con Carlos al fat´´idico accidente; infinitos libros y objetos del Antiguo Egipto (su gran pasi´´on), la biograf´´ia de Sissi emperatriz, siempre presente en su mesilla de noche, como si de la misma biblia se tratase; sus l´´amparas, quinqu´´es y candelabros, la mayor´´ia rescatados de la basura; incontables almohadas y cojines sobre una cama de matrimonio siempre cubierta por colchas pomposas y, por supuesto, todos los objetos de colecci´´on ya mencionados.

Este panorama, adem´´as, exigir´´ia una banda son´´ora que completarse la visita, quiz´´a alguna de sus canciones favoritas; Enter Sandman de Metalica, Give me a bad name de Bon Jovi o masculino singular de Rosendo habr´´ian sido un gran acierto.

Su habitaci´´on era otro mundo…un mundo creado donde no importaba que se rompiese algo porque, como ella afirmaba, lo ´´unico fr´´agil y valioso que pose´´ia all´´i era yo. Lo dem´´as solo era ambiente.

Por eso ella siempre me cuidaba con tanto fanatismo cuando enfermaba. Yo era en aquel mundo fant´´astico lo que el Lladr´´o en la casa de mi t´´ia abuela. Un bien muy preciado que hab´´ia que proteger con la vida misma si hac´´ia falta.

Toda esta historia la cuento con motivo de una nueva enfermedad, pero est´´a vez no soy yo el que la padece, sino mi port´´atil, que ha cogido lo que se conoce como el virus de las dos tildes. Aunque el nombre pueda sonar original no lo es para nada. Ese es el s´´intoma m´´as evidente (supongo que os habr´´eis dado cuenta a estas alturas). Seg´´un me han contado, resulta relativamente f´´acil eliminarlo porque ya tiene varios años.

Si me hubiese criado con mi tia abuela, ahora mismo estar´´ia trinando porque una de las cosas m´´as caras que poseo est´´a en cuarentena…pero yo no le doy ninguna importancia, quiz´´a porque mi madre me enseñ´´o que lo m´´as valioso no es lo que m´´as cuesta, sino lo que m´´as se quiere.

Gracias Mam´´a.

1 comentario:

  1. jo, amor.. qué bonito

    :)



    tu madre tiene razón: tú eres super valioso.. te amo, océanos de amor.

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