lunes, 31 de enero de 2011

Recuerdo Aquella Sevilla como la mas bella de todas. La ciudad se puso guapa para que el Guadalquivir la pintase. Incluso embargo el aire con perfumes de azahar y jazmín.

Desde la puerta de la Macarena a los Reales Alcázares las gentes festejaban aquel once de marzo de 1596, día en el que Carlos I se casaba con su prima Isabel. Cuenta una vieja historia que después partieron a Granada, donde ordenaron plantar una curiosa flor de origen persa, que ojos ajenos contemplaron con asombro.

...Parece que a nadie en Andalucía sorprende ya el clavel, porque desde entonces es La Flor de nuestra tierra y de ninguna otra, folklore de nuestros patios y campo y cielo y clamor de nuestas vírgenes.


Tambien recuerdo el olor a pólvora y la madera astillada. La gran plaza en los jardines del Belvedere se inundaba, y de ese modo los barcos se debatían un mar acotado y perfecto, después del cual no había dragones. La falsa marejada que levantaban hacía zozobrar la mesura de los mirones, que gritaban deseosos por cobrarse la vida de alguna galera. A partir de aquel día la batalla dejo de ser entretenimiento de estrategos.

Aquella Roma era sin duda la gloria de los Papas, y ellos la de Roma Y hasta que encontraron detractores, este espectáculo y muchos otros fueron el orgullo de aquella simbiosis tan perfectamente medida


Recuerdo que el funeral tuvo lugar en cualquier parte de Aquel Ámsterdam. Los tulipanes contrastaban con los negros flamencos, que se agitaban en un ritmo de vida demasiado acelerado; una danza frenética que solo encontraba descanso cuando Vermeer o Rembrandt la capturaban. Y así, sin prisas, asistimos a la lección de anatomía de Nicolae Tulp, compartimos mesa con los síndicos de los pañeros, visitamos el taller del pintor, vimos Delf y paseamos por la callejuela.

Jamás hubo una Holanda mas dorada que Aquella.


P.D. No conozco aquella Sevilla, ni Aquella Roma, ni Aquel Amsterdam. Tampoco he vivido otras épocas. Sin embargo acostumbro a meterme en pieles inventadas porque tengo nostalgia de otras vidas.


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